Cuando el profe nos pide los deberes, siempre sale alguno con eso de " se me ha olvidao" (tranquilo profe, ya sabemos que se pone "olvidado", es que así parece más real). Pues hace poco hemos leído un poema sobre la mala memoria. Para que no se nos olvide nunca nada más y no tengamos la "cabeza a pájaros".
Vital Aza fue un poeta asturiano (nació en Pola de de Lena en 1815) que escribió muchos poemas graciosos. Uno de sus libros se tituló "Todo en broma". Murió en Madrid en 1912. Fue uno de los más importantes escritores humorísticos de la época.
"La cabeza a pájaros" es un diálogo muy divertido entre Blas y su mujer Tomasa. Y es que Blas no tiene muy buena memoria.... ya verás. Como es un poco largo, lo hemos dividido en tres partes
Primera parte: "De sobremesa" por Javier Seislices y Reyes.
Segunda Parte. "De madrugada", por Javier García y Carla.
Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di, ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida de donde nunca bebí? Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas blanca cera y dulce miel. Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar. Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón.
POESIA EL PUENTE, DE MANUEL BENITEZ CARRASCO (El mismo autor de El perro cojo y Cinco toritos negros) Aquí puedes escucharla pero dura unos 2 minutos, espera un poco:
¡Qué mansa pena me da! El puente siempre se queda y el agua siempre se va.
I
El río es andar, andar hacia lo desconocido; ir entre orillas vencido y por vencido, llorar. El río es pasar, pasar y ver todo de pasada; nacer en la madrugada de un manantial transparente y morirse tristemente sobre una arena salada. El puente es como clavar voluntad y fundamento; ser piedra en vilo en el viento, ver pasar y no pasar.
El puente es como cruzar aguas que van de vencida; es darle la despedida a la vida y a la muerte y quedarse firme y fuerte sobre la muerte y la vida. Espejo tienen y hechura mi espíritu y mi flaqueza, en este puente, firmeza, y en este río, amargura.
En esta doble pintura mírate, corazón mío, para luego alzar con brío y llorar amargamente, esto que tienes de puente y esto que tienes de río.
II
¡Qué mansa pena me da! El puente siempre se queda y el agua siempre se va. Tristemente para los dos, amor mío, en el amor, uno es puente y otro, río. Bajo un puente de suspiros agua de nuestro querer; el puente sigue tendido, el agua no ha de volver. ¿Sabes tú, acaso, amor mío, quién de los dos es el puente, quién, el río? Si fui yo río, qué pena de no ser puente, amor mío; si fui yo puente, qué pena de que se me fuera el río.
Agua del desengaño, puente de olvido; ya casi ni me acuerdo que te he querido. Puente de olvido. Qué dolor olvidarse de haber querido.
III
Ruinas de mi claridad, derrumbado en mi memoria tengo un puente de cristal. Yo era como un agua clara cantando a todo cantar, y sin que me diera cuenta pasando a todo pasar. El puente de mi inocencia se me iba quedando atrás; un día volví los ojos, ¡qué pena!, y no lo vi más.
IV
Y seguramente, y seguramente que no lo sabía; de haberlo sabido... no se hubiera roto el puente. Ay... pero este puente... ¿pero es que no lo sabía...? ¿pero no sabía el puente que yo te quería... ? y seguramente que no lo sabía; de haberlo sabido... no se hubiera roto el puente. ¡Pero este maldito puente...! ¿Pero es que no lo sabía? Pero no sabía el puente que yo lo quise pasar tan sólo por verte; y seguramente que no lo sabía; de haberlo sabido... no se hubiera roto el puente.
V
¡Qué miedo me da pensar! y mientras se van los ríos qué miedo me da pensar que hay un gran río que pasa pero que nunca se va. Dios lo ve desde su puente y lo llama: eternidad.
VI
Difícil conformidad: el puente dice del río: ¡quién se pudiera marchar! y el río dice del puente: ¡quién se pudiera quedar!
VII
Agua, paso por la vida; piedra, huella de su paso; río, terrible fracaso; puente, esperanza cumplida. En esta doble partida procura, corazón mío, ganarle al agua con brío esto que tienes de puente, y que pase buenamente esto que tienes de río. y aquí termino el cantar de los puentes que se quedan, de las aguas que se van.
Aqui hay un vídeo donde se escucha el poema ( y alguno más)
Escrito por el poeta Manuel Benitez Carrasco. Porque cuando de verdad existe amor... No existen barreras que obstaculizen el camino... Porque el amor siempre puede con todo y ante todos!
"En contra de mis cinco sentidos, tus cinco toritos negros!!! Torito Negro: Tus ojos Torito Negro: Tu Pelo Torito Negro: Tu boca Torito Negro: Tu beso Y el más negro de los cinco: Tu cuerpo. ¡Torito negro! Barreras le puse a mis ojos, para que nunca más volvieran a verte, y tus ojos me las rompieron! Barreras le puse a mi boca para que callara tu nombre, y tu boca las hizo polvo! Barreras puse a mi beso.... Tu boca les prendió fuego! Barreras puse a mis manos... Las volvió sombra inmensa tu pelo! Y para refrenar mi cuerpo, barreras puse de espinas, y las saltó por encima tu cuerpo... Torito Negro....
Y luego, monté mis ojos en un caballo de miedo... Tus ojos corriendo me perseguian, como dos toritos negros! Y luego metí mis manos en un embozo de fuego... Tu pelo me acorralaba más y más, ¡igual que un torito negro!
Y luego, pegué mi boca contrá la cal de su encierro, tu boca me excitaba, tu boca me provocaba, igual que un torito negro!
Y luego, mordí mi almohada fuertemente para poder contener mi apasionado beso, pero... Tu beso se me insinuaba, igual que un torito negro!
Y después, arañé mi carne de locura, tentación y deseo... Y tu cuerpo encandilado, mimbre, luna, bronce y fuego, en la oscuridad de la noche me acechaba, igual que un torito negro!
El aire de mi cuarto, estaba temblando con tu recuerdo. Cien caballos en mis venas, al galope por todo mi cuerpo! Y yo... Jinete sin riendas, luchando inutilmente por detenerlos. Cien herreros en mi boca, fabricándome los besos! Y yo...Queriendo ser fragua para poder deshacerlos. Cien voces en mi garganta, gritando fuertemente: Que yo te quiero, que yo te quiero!!!!! Y yo... Queriendo engañarme repitiendo: NO TE QUIERO, NO TE QUIERO, NO TE QUIERO, NO TE QUIERO!!!
Salí a tomar aire al balcón, me tropecé con el cielo. Aquel cielo quieto y hondo, verde, blanco, azul y negro. Igual al de aquella noche que me salieron al paso tus cinco toritos negros.
Y me acordé de aquel viento que jugaba cariñosamente con tu pelo, como al niñito que le gustan los caracolitos negros.
Y me acordé de aquel rayo de luna, fino y torero, que puso dos banderillas de luz en tus lindos ojos negros.
Y me acordé de aquel llanto, y de aquel intenso dolor en mis labios que nos quedó de aquel apasionado beso.... De aquel dolor en los brazos y de aquel profundo dolor en los huesos.... Y de aquella caracola que quedó dentro de mi pecho, como un mar de amor dormido que ocultaba muy dentro: "Yo te quiero"!
Y ya nunca más monté mis ojos en un caballo de miedo, y ya no metí mis manos en un embozo de fuego, y ya no pegué mi boca contra la cal de su encierro, y ya no mordí mi almohada para poder contener mi beso, y ya no arañé mi carne de locura, tentación y deseo.
Y de nuevo, aquel dolor de brazos, cintura y huesos! Sin poder contenerme, tuve que gritar: TE QUIERO! Que aunque no deba ...TE QUIERO! Que aunque no pueda...TE QUIERO! Que aunque seas ajeno... TE QUIERO! y aunque en cuna de tu casa, meciendo estés dos pequeños, y aunque nos pongan barreras de zarzamora y sarmiento, para que no puedan saltarlas tus cinco toritos negros: Torito Negro: Tus ojos Torito Negro: Tú pelo Torito Negro: Tú boca Torito Negro: Tú beso
Y el más negro de los cinco: Tu cuerpo, torito negro...
TE QUISE SIEMPRE! TE QUISE! TE QUIERO SIEMPRE! TE QUIERO!! "
Un vídeo donde recita el poema el propio autor: Manuel Benítez Carrasco.